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EMILIO LÓPEZ VERDÚ La juez de guardia dictó ayer orden de prisión para el presidente de una asociación de vecinos de Palma, acusado de abusar sexualmente de al menos siete menores de edad con edades comprendidas entre los 10 y los 13 años. Dos de las víctimas padecieron los abusos hace diez años, y una de ellas sufre un leve retraso mental.

Fuentes de la investigación informaron que la pareja del detenido regenta un club social en la zona de Pere Garau, donde el acusado solía acudir diariamente para ayudar. En el club se imparten distintos cursos y talleres para menores, con edades comprendidas entre los 10 y los 13 años de edad, y se realizan también actividades de todo tipo para gente de la tercera edad.

Según las investigaciones policiales, el hombre se ganaba la confianza de las chicas aprovechándose del hecho de que algunas de ellas son huérfanas, y mostrándose ante ellas como una figura paternal. Varias de las víctimas vienen de familias humildes, y algunas de ellas son de procedencia latinoamericana.

Según las menores, algunos de los episodios de abusos habrían ocurrido en la propia casa del detenido y su pareja, ya que las chicas iban allí a dormir ocasionalmente y con el consentimiento de sus padres.

En otros casos, los abusos se sitúan al final de las clases de baile y pintura. La versión de las menores en estas ocasiones es que el hombre se aproximaba a ellas y les realizaba tocamientos, utilizando la «excusa» de que estaban manchadas y las quería ayudar a limpiarse.

En la mayoría de los episodios, las víctimas explicaron que el hombre se limitaba a tocarles los pechos y las zonas genitales, aunque las dos denuncias más antiguas recogen que el detenido intentó introducir sus dedos en la vagina.

Estos dos primeros episodios fueron cometidos sobre jóvenes que en la actualidad tienen más de 20 años. Según su testimonio, el hombre las llevó hasta un descampado en las afueras de Palma, donde incluso les llegó a ofrecer jugar con objetos sexuales y verduras.