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AGENCIAS
Kate y Gerry McCann, padres de la desaparecida Madeleine, sospechan ahora que sus teléfonos móviles y sus correos electrónicos están siendo espiados por Scotland Yard, sensación que ya les asaltó durante su estancia en Portugal en relación a la policía lusa. Por su parte, el fiscal portugués, Luis Birlo Verao, declaró ayer en Lisboa que por el momento no se volverá a interrogar a los McCann por la falta de nuevas evidencias acumuladas que justifiquen realizar otro interrogatorio a la pareja.

Diez días después de regresar a su domiclio en Inglaterra, los padres de Madeleine declaran sentirse frustrados por la sensación de espionaje a la que se sienten sometidos, y es que, según fuentes cercanas a la pareja, «se sienten incómodos por el sentimiento de estar siendo observados todo el tiempo».

Los McCann temen que estar siendo espiados ahora por la policía británica, tal y como declararon acerca de la policía portuguesa; puesto que durante sus interrogatorios cuando se encontraban en Portugal, les preguntaron datos que habían hablado previamente con familiares y amigos por teléfono; según informaciones publicadas en la prensa británica.

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Por otra parte, el portavoz de la familia, Clarence Mitchell, ha declarado que los McCann se sienten «aliviados» por la noticia de que no tengan que volver a ser interrogados, aunque añadió que estarán en todo momento dispuesto a ayudar a las autoridades portuguesas para encontrar a Madeleine, desaparecida el 3 de mayo en el Algarve luso.

Los detectives lusos querían volver a interrogar a la pareja principalmente después de que los McCann se negasen a responder a 40 preguntas clave de la investigación.

Sin embargo, mientras que fuentes cercanas a la pareja declaran que «Scotland Yard alertó a los McCann de que sus móviles y mails podían estar siendo pinchados», los McCann declaran ahora «sentirse espiados» por la policía británica.

Mitchell declaró que Gerry McCann «suele rechazar hablar por el teléfono móvil», puesto que «prefiere usar líneas que considera más seguras». Por su parte, la pareja se ha encargado de dar su propia versión de unas pruebas que consideran «defectuosas».