La Guardia Civil descubrió un cadáver en descomposición en el recinto ilegal.

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JAVIER JIMÉNEZ-JOSEP MARIA SASTRE
El médico forense alemán que montó la funeraria La Paloma Blanca, en Porreres, ha sido acusado de un delito contra la salud pública, después de que el miércoles la Guardia Civil registrara las instalaciones y descubriera un cadáver descomponiéndose, tal y como adelantó ayer Ultima Hora.

El empresario fue trasladado esa misma tarde a las dependencias de la Comandancia de la Guardia Civil, en la calle Manuel Azaña de Palma, donde prestó declaración ante la Policía Judicial hasta la noche, cuando quedó en libertad con cargos. Según parece, el imputado negó cualquier irregularidad en el negocio, aunque la Benemérita le acusa de un delito contra la salud pública. El alcalde de Porreres, Joan Sastre, anunció ayer que pedirá la inhabilitación del médico forense alemán, después de que la funeraria quedara precintada. Dos inspectores de Sanidad visitaron las instalaciones y emitirán un informe en los próximos días.

El dato que llamó más la atención de los investigadores es que los cadáveres fueron conservados en una especie de cámara frigorífica que, en realidad, no reunía las condiciones necesarias para ese cometido. De hecho, el cuerpo de un extranjero se estaba descomponiendo precisamente por esas deficiencias técnicas en el habitáculo. El hombre murió el día 28 de mayo, por causas naturales, y La Paloma Blanca se encargó de retirar los restos mortales. La misma funeraria había sido denunciada esta semana por «perder» un cadáver. En Porreres se comentó ayer ampliamente la noticia del registro policial en la funeraria pirata y algunos vecinos opinaron que «sabíamos que algo raro estaba pasando. Aquí en Porreres tenemos la funeraria oficial y ésta hacía cosas muy raras». Uno de los residentes en la calle Almoina declaró que desde su casa veía como entraban y sacaban cuerpos sin vida, y que la situación era muy desagradable para él y su familia «porque veíamos los muertos desde el comedor».