El acusado escucha con tensión el veredicto del jurado, que al final le declaró inocente. Foto:E.L.V.

TW
0

Los malos andan sueltos. Esa parece ser la conclusión del jurado, que ayer declaró no culpable a un agente de la Benemérita acusado de cobrar pequeñas cantidades de dinero a inmigrantes senegaleses, aunque el veredicto seañala que estos cobros se produjeron y que fueron realizados «uno o varios agentes».

Tras una vista oral que duró apenas un día, un tiempo realmente corto para este tipo de juicios, los nueve miembros del Tribunal del Jurado tuvieron lista su decisión a primera hora de la tarde de ayer. En su veredicto, declararon por unanimidad que no existían pruebas para condenar al agente. Para ello se basaron en dos puntos. El primero fue la rueda de reconocimiento a la que se sometieron las víctimas, puesto que ninguna pudo afirmar que el acusado fuese quien les exigía el dinero. El segundo fue un certificado expedido por un teniente de Tráfico. En él se afirma que el acusado prestó servicio en un horario distinto al de la comisión de los delitos. Además, el propio agente afirmó al acabar el juicio que estuvo libre de servicio en otras ocasiones en que le imputaban estos cobros.

El veredicto, no obstante, incluye una puntualización que le da un nuevo sentido. Que «pese a la no culpabilidad del acusado, el jurado considera que los hechos se realizaron por uno o varios guardias civiles».

Tras la lectura de este veredicto, el presidente del Tribunal, Eduardo Calderón, anunció in voce la absolución del acusado, que quedó ayer mismo libre de todo cargo.

El acusado aguardó con tensión la lectura del veredicto, y al salir de la sala evidenció su satisfacción. El agente se dirigió a su abogado, Eduardo Valdivia, y le comentó un tanto incrédulo: «entonces, ya estoy libre». Acompañado de su mujer, el agente de Tráfico afirmó que había pasado «tres años terribles». «Durante este tiempo he sido investigado y no he tenido ninguna posibilidad de ascenso ni de realizar cursos, pero eso ya se ha acabado», observó.

Los hechos por los que fue juzgado se remontan a finales de 2004, cuando más de 50 inmigrantes senegaleses comenzaron a visitar a un compatriota que lidera una asociación de ayuda, para advertirles que un Guardia Civil les pedía dinero a cambio de no multarles. Todos los delitos sucedieron entre las salidas 3 y 12 de s'Arenal y del mismo modo. El agente les paraba, les pedía la documentación del vehículo y el permiso de conducir. En este punto, afirmaba que su carnet no era válido en España y les exigía dinero a cambio de no multarles. Casi siempre empezaba por una cantidad elevada, que luego iba bajando.