Imagen de la entrada a la finca de Son Bunyola, en el término municipal de Banyalbufar, vendida por Branson en el año 2002. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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M.JUNCOSA-P.CANDIA

El entramado de sociedades opacas que se hizo con la titularidad de las sociedades antes citadas, cuyos capitales se canalizaron presuntamente a través de paraísos fiscales, nombraron a su vez a un testaferro que en estos momentos se encuentra desaparecido de la Justicia, tal y como informó este periódico este periódico el pasado miércoles.

El entramado de sociedades interpuestas que aparecen en esta operación de compra venta dificulta a los investigadores determinar quien es el propietario del capital con el que se realizó la operación de compra venta inmobiliaria, una identificación para la que sería clave la declaración del abogado Feliu, que alega secreto profesional, así como la del testaferro 'desaparecido'.

En todo caso, la operación de compra venta de la finca de Son Bunyola ha permitido a su propietario blanquear el capital de la operación, no tributar, así como obtener un inmueble que cada año se revaloriza y que, además, ha sido explotado como alojamiento turístico no hotelero.