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JAVIER JIMÉNEZ
El chófer del autocar que murió al despeñarse en sa Calobra se había sometido a una serie de pruebas médicas para determinar si padecía ataques fulminantes de sueño, una enfermedad conocida como apnea. El resultado, según su familia, fue negativo.

José Luis, el hermano de Ovidio Taboada, estuvo hasta ayer en Mallorca, llevando a cabo los trámites para repatriar el cuerpo a su Orense natal. Por la tarde él y los restos mortales de su hermano embarcaron con destino a Galicia, donde Ovidio recibirá sepultura. En conversación con Ultima Hora explicó que el fallecido «llegó a Mallorca hace más de veinte años y siempre se dedicó al tema de los autocares. En la actualidad estaba muy a gusto en la empresa en la que trabajaba». Aquí vivía con su actual compañera sentimental y su hijo de 11 años. El tacógrafo ha demostrado que el domingo, cuando se despeñó, el chófer circulaba a 40 kilómetros por hora y José Luis remarcó que la prueba de alcoholemia resultó negativa, a pesar de los rumores que corrían a este respecto: «El informe de la Guardia Civil entregado en el juzgado de Inca es muy claro a este respecto», concluyó.

Tal y como adelantó ayer este periódico, la investigación de la Guardia Civil de Tráfico sostiene que el accidente del autocar se debió a una distracción del conductor del autocar, que rozó con el saliente de una roca y después dio un volantazo y cayó por un precipicio de quince metros. Poco antes había descargado a medio centenar de turistas en sa Calobra. Si el autocar hubiera caído antes habría sido una tragedia.