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AGENCIAS
Vientos de hasta más de 200 kilómetros por hora han arrasado parte de Europa y causado la muerte de más de 40 personas, además de una ola de destrucción a su paso con árboles arrancados de raíz y cortes en el suministro eléctrico. Los viajes por tren y avión fueron cancelados y millones de personas se encontraban sin electricidad. Vehículos y edificios fueron impactados por la peor tormenta registrada en años, la que también causó numerosas inundaciones. El temporal, con lluvias y vientos huracanados, estaba ayer sobre Letonia y se adentró en Rusia, aunque por fortuna iba perdiendo fuerza.

Según el Servicio Meteorológico de Londres, el temporal, que se formó en el océano Atlántico en los últimos días, estaba anoche a punto de desaparecer. Mientras en el centro de Europa la perturbación tiende a amainar y los países por los que ha pasado recuperan poco a poco la normalidad. Ucrania reanudó ayer el suministro normal de petróleo con destino a Europa del Este por el oleoducto Druzhba (Amistad).

Para el Reino Unido, donde se registraron vientos de unos 120 kilómetros por hora, este fue el peor temporal en 17 años y provocó la muerte de nueve personas, mientras que en la República Checa causó cuatro víctimas y en Polonia tres.

Alemania, donde el temporal ocasionó al menos once muertos y daños materiales estimados en cientos de millones de euros, recupera lenta y paulatinamente la normalidad, con el restablecimiento del tráfico aéreo y la reanudación parcial del ferroviario, que estuvo interrumpido por completo en todo el territorio.

Todavía hay vías férreas bloqueadas, mientras que la estación central de Berlín -cerrada por la caída de dos vigas de acero que servían de soporte a la fachada de cristal- no pudo ser reabierta hasta esta tarde.

El estado occidental de Renania del Norte-Westfalia fue el más afectado por el temporal, que en Alemania registró vientos superiores a 200 kilómetros por hora.

También el temporal remitió en Holanda y Bélgica, tras causar la muerte de ocho personas, en su mayoría debido a la caída de árboles y muros y a accidentes de tráfico.

La mejoría permitió el restablecimiento de todas las líneas de ferrocarril nacionales e internacionales en Bélgica y la vuelta a la normalidad del tráfico marítimo, aunque no se excluye que se produzcan inundaciones, pues las fuertes lluvias han dejado una quincena de ríos y canales en situación de alerta por desbordamiento.

Asimismo, en Francia el temporal tiende a amainar, tras causar la muerte de dos personas, y ayer se reanudó el tráfico marítimo entre los puertos del norte francés y el británico de Dover y se restableció la circulación de los trenes Eurostar entre Francia y el Reino Unido por el túnel del Canal de la Mancha.

En Rumanía, «Kyrill» causó destrozos, en especial en la provincia de Transilvania, donde dejó sin electricidad a más de 300 localidades y bloqueó parte del tráfico.