TW
0

GUILLEM PICÓ-PEP MATAS
Miguel Àngel González, el mallorquín que está preso en Argentina tras haber sido detenido con tres kilos de cocaína, cuyo destino final tenía que ser Palma, envió los días previos al viaje de regreso una veintena de correos electrónicos a las páginas webs de la Dirección General de la Policía, y algunos a la de la Guardia Civil. Miguel Àngel informaba de su estancia en Argentina, del motivo de su viaje, y pedía que al llegar al aeropuerto de Barcelona fuera detenido. A continuación les reproducimos parte del contenido de los emails.

El día 13 de agosto envió tres correos a la página web de la Guardia Civil y dice: «Hola, no puedo identificarme en este momento. Intento enviar un email a la Guardia Civil, aunque me da lo mismo si se trata de la policía, la cuestión es que lean este mensaje urgente. Entre en... (su email y la clave de acceso). Soy un ciudadano español que por motivos personales y económicos graves, estoy a punto de cometer un grave error, por pedir dinero prestado y no poder devolverlo, me he visto obligado a aceptar una proposición bastante mala, traer droga a España desde otro país. Lo cierto es que me lo he pensado bastante y no creo que valga la pena cometer este error. Aunque ya estoy metido en el tema y no hay vuelta atrás, me pregunto si es posible llegar a un acuerdo y colaborar con ustedes en todo lo que se me indique. Esta gente (los que financian el viaje de la droga) son extranjeros residentes en España, y por lo que he podido averiguar tienen ramificaciones en diversas ciudades españolas como Málaga, Madrid, Canarias y Barcelona. Colaboraré en todo y estoy dispuesto a aceptar lo que me caiga, ya no hay vuelta atrás, pero si con esto puedo ayudar a desbaratar sus planes de expansión, así sea. Les ruego me indiquen el número de teléfono y nombre de la persona con la que tengo que hablar para ponernos de acuerdo. De momento será a través del email, tengo miedo y me controlan todos los movimientos, por lo que tenemos que andar con discreción. Esta gente introduce droga casi cada semana en España, de dos a tres kilos de cocaína por zona. Aparte, están preparando el envío de una gran cantidad bastante importante. No tarden en contestar por favor, no tenemos tiempo».

El día 14 envía otro correo en parecidos términos y el día 18 envía dos, dando a entender que ya ha habido contactos y con la Dirección General de la Policía. Parte de los textos son los siguientes: «Necesito desahogarme con alguien. Me encuentro solo, muy solo... sólo conozco a un agente que se hace llamar Félix del Grupo IV o V, de 'estupas' de Barcelona. No me jodáis y me dejéis solo. Esto se está haciendo más grande de lo que pensaba. La mercancía viene de camino por carretera y resulta que no son dos kilos como quedamos... hay más. Tengo miedo por mi chica. Ella no sabe nada de que estoy en contacto con vosotros, no se lo he dicho por seguridad, aunque la novia del otro (un narcotraficante de Palma) la controla. También temo por mis hijos, necesito saber si habéis hablado con el juez y el fiscal y estáis moviendo el tema. Sé lo que me espera al llegar a Barcelona pero creo que tendríais que valorar la posibilidad de poder introducirme de lleno en la organización. Ayer tuve un encuentro con un personaje importante y me toman por alguien serio... bueno, llamadme, ya sabéis el móvil».

Al día siguiente se produce otro contacto en el que Miguel Àngel dice que «hoy hablé con Félix y le comenté los cambios de planes de la organización y que me quedo aquí más días. Cuando regrese a España y me detengáis tendréis que poner a salvo a mi chica. Félix parece un tipo amable, espero que lo conoceré en Barcelona. Un abrazo a los de 'estupas' y suerte».

Al día siguiente Miguel Àngel escribe: «Espero salir de aquí y que no me falléis, estoy muy nervioso por lo que puede pasar, sobre todo en el viaje de vuelta. Hoy llamé a mi ex mujer y no me contestó. Tengo que hablar con Félix puesto que hoy me enviaron dinero y el tipo era de Palma de Mallorca. Yo pensaba regresar de vacío, pero para que vosotros los pilléis me comprometo a llevar el material y todo se andará. Espero que no me la juguéis, soy legal y no quiero problemas.»