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JAVIER JIMÉNEZ
Tímida y cariacontecida, a Susana Maria Moura no le tiembla la voz a la hora de hablar de su madre: «Creo que un psicópata la ha matado o la tiene secuestrada. Lo que sé seguro es que mi madre no ha desaparecido por su propia voluntad». La joven, de 28 años, ha viajado desde Brasil para buscar a Ozana María Do Santos, su progenitora, que desapareció en circunstancias muy extrañas en Inca en el mes de marzo. Era prostituta y todo parece indicar que alguien la hizo desaparecer. La Guardia Civil mantiene varias líneas de investigación abiertas.

Susana Maria tiene 28 años y ha dejado a su marido en Brasil para centrarse, exclusivamente, en la búsqueda de su madre. No tiene dinero y unas amigas de Ozana la tienen acogida en su casa: «Estaré tres meses, pero si es necesario me quedaré más tiempo porque sé que a mi madre le ha pasado algo». La Guardia Civil, extraoficialmente, opina igual.

El caso, desvelado por Ultima Hora en julio, ha tenido amplia repercusión en Brasil, y sobre todo en la ciudad natal de Ozana, Goias. La mujer, de 50 años, llegó a Mallorca en marzo de 2005. Estaba divorciada y tenía tres hijas. En su país había trabajado como cuidadora en un centro de discapacitados, pero ganaba una miseria y quiso cambiar de aires. Le hablaron de Mallorca y Ozana no se lo pensó. En la Isla empezó a trabajar en un club de alterne de Llubí y después se pasó a otro de Inca. Seis días a la semana vendía su cuerpo, preocupada por obtener más ingresos para poder traer a su familia. «Cada mes nos enviaba entre 300 y 500 euros, que en Brasil es mucho dinero», recuerda su hija.