El Passeig Marítim de Palma registró grandes retenciones por el accidente. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA/J.SAMPOL

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Víctor Manuel Pimentel Cubillo, de 25 años, pilotaba un Seat Altea, e iba acompañado de un ecuatoriano de su misma edad, llamado Manuel Leodán. A las doce y cuarenta minutos de la medianoche el turismo salió de Portopetro en dirección a s'Alqueria, a una velocidad inadecuada para las características de la vía.

El vehículo perdió el control, se salió por el margen derecho y se estrelló contra unas piedras, a la altura del kilómetro 58-400. Los dos ocupantes llevaban puesto el cinturón de seguridad, pero el conductor fue el que se llevó la peor parte del golpe. El habitáculo quedó deformado y cuando llegaron los servicios sanitarios del 061 ya no se podía hacer nada por él. Los bomberos, según informó el 112, también fueron movilizados, ya que el cuerpo sin vida estaba atrapado entre los hierros. El sudamericano que acompañaba a Víctor Manuel sufrió algunas lesiones, pero su estado no era grave. El subsector de Tráfico de la Guardia Civil se hizo cargo de las diligencias y una grúa retiró el Seat Altea siniestrado, mientras Manuel Leodán era trasladado a un centro sanitario y la empresa funeraria se hacía cargo de los restos mortales de Víctor Manuel.

Unas doce horas después, al mediodía de ayer, se registró otro accidente de tráfico muy grave, esta vez en Palma. Según informaron en fuentes del Samib y del 112, una furgoneta arrolló a un motorista delante de una conocida discoteca de Can Barbarà. El motorista quedó tendido sobre el asfalto con lesiones gravísimas. Sufrió un traumatismo craneoencefálico severo y una fractura de fémur. Cuando los equipos sanitarios atendieron a la víctima sus constantes vitales peligraban y los médicos decidieron intubarlo allí mismo, sin esperar a la llegada al hospital. Quedó tendido en el carril central, en dirección a Palma, sangrado abundantemente y con su moto completamente destrozada junto a él. La Policía Local cortó ese carril y comenzaron a registrarse retenciones de consideración, ya que se trataba de una hora punta. Los bomberos de Palma también se desplazaron a ese punto kilométrico del Passeig Marítim y arrojaron arena sobre los líquidos de la moto que se habían derramado sobre la calzada, para evitar nuevos accidentes.