Nicoletta M., una de las sospechosas de cometer el golpe, es trasladada a los juzgados de Vía Alemania.

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El juez ha imputado diferentes delitos a 27 personas por el multimillonario robo a uno de los clanes de Son Banya, que los investigadores cifran en unos siete millones de euros. Entre los acusados figuran 23 miembros del clan de «La Paca», de los que 20 están imputados por detención ilegal, y varios más por delitos de lesiones y allanamiento de morada. El episodio del robo tuvo lugar el pasado 17 de abril en el poblado aunque se destapó tres días más tarde y en Santa Ponça, en una secuencia más propia del Chicago de los años 20' que de Mallorca. Esa tarde, los hermanos Juan e Isidoro Cortés Picazo, junto con Carlos Cortés Radó, alias «El Charly», secuestraron a punta de pistola a los autores del robo, una pareja de toxicómanos que se había refugiado en un hotel en Santa Ponça. A continuación se produjo una persecución por parte de Policía Local de Calvià, CNP y Guardia Civil que desembocó por Palma, donde los secuestradores cambiaron de coche para despistar a sus seguidores.

Gracias a la intervención de un hombre que vio el secuestro y avisó a la policía se pudo evitar que los ladrones acabaran en Son Banya, en manos del clan al que habían robado.

Según las distintas averiguaciones de la policía, el robo fue cometido por una mujer húngara y su pareja, que hacían pequeños 'trapicheos' para el clan. El dinero estaba escondido en un zulo dentro del poblado, una práctica habitual para realizar los pagos en metálico tras las entregas de droga. Tras el robo, ingresaron parte del dinero en un banco y se refugiaron en un hotel a la espera de poder salir de la isla.