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La Policía Local de Sineu, el Ajuntament y el propietario de la finca de Son Riera en la que el pasado domingo se montó una fiesta after sin permisos para 500 personas, criticaron ayer duramente la «ineficacia e inoperancia de la Guardia Civil para parar la fiesta», según el propietario Gabriel Gayà.

Gayà ha puesto el caso en manos de su abogado «y estudiamos las diligencias que se pueden tomar». «Además también preparamos una denuncia por lo que pasó».

Gabriel Gayà contó ayer, junto al alcalde de Sineu, Josep Oliver, y algunos agentes de la Policía Local, los altercados que sucedieron en su finca el pasado fin de semana.

«El sábado por la mañana fui a la casa para hacer el mantenimiento de la finca y nos encontramos ocho barras de bar, tiradores de cerveza, cajas de bebidas alcohólicas, bafles y un equipo de música», explicó Gayà.

Por esta razón, el propietario se personó en la finca el sábado por la tarde «porque el contrato me permite entrar en mi propiedad aunque esté alquilada» y habló con uno de los arrendatarios, David Prado, que alegó que el montaje era para una fiesta de cumpleaños y que en ese momento la finca era como su casa y que denunciaría a Gayà por allanamiento de morada. Ante esta actitud el propietario llamó a la Policía Local «y Prado llamó por teléfono y dijo: Ya están los propietarios aquí, tenemos el pollo montado. Dile al sargento que venga». «Cuando la Policía Local llegó llamó a la Guardia Civil y en el momento llegó Francisco Pol, que se presentó como el promotor de la fiesta. Pol vino hacía mi y me ofreció 1.000 o 2.000 euros para que cerrara el tema pero me negué. Cuando llegó la Guardia Civil con el sargento me dijeron que no podían hacer nada porque sólo había indicios pero no pruebas físicas», afirmó.

Durante la noche del sábado se montó un dispositivo de siete agentes de la Policía Local para parar la fiesta. Pero no fue hasta el domingo cuando empezó el movimiento en la finca. Gayà contó que «a las siete de la mañana ya empecé a llamar a la Guardia Civil y no llegaron hasta las 13.35 horas». «No hicieron nada para parar la fiesta porque no había pruebas de que se hubieran comprado entradas y cuando la Policía Local consiguió requisar entradas y una declaración firmada de un joven que decía que la había adquirido por 25 euros en una discoteca propiedad de Pol y Prados, la Guardia Civil se fue».

Por estos altercados, el Ajuntament «presentará una denuncia a la Conselleria d'Interior que tramitará el expediente sancionador que crea conveniente», según la Policía Local.