Una gran columna de humo era visible ayer desde toda Palma. Fotos: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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JAVIER JIMÉNEZ-E.LÓPEZ
Una columna de humo portentosa, que se veía desde toda Palma, fue el preludio de lo que se avecinaba. Un impresionante incendio afectó ayer a 17 empresas del polígono de Can Valero y destruyó seis de ellas. El fuego empezó en un bar semiabandonado y se fue extendiendo por el falso techo, nave por nave. Los bomberos creen «en un 90 por ciento» que el origen del siniestro fue fortuito.

«Eran más o menos las seis de la tarde y me fijé que empezaba a salir mucho humo de la calle Alejandro Laborde. Al acercarme había fuego por todo y llamé por teléfono a la policía», relató Joan, un trabajador del polígono. En esa manzana se ubica una macronave compartimentada que alberga numerosos negocios, distribuidos en locales de unos 200 metros cuadrados. «De repente empezamos a escuchar ambulancias, sirenas, bomberos y nos alarmamos», contó un inmigrante argentino testigo del incendio, que añadió que en los primeros momentos se temió que alguna persona hubiera quedado atrapada entre las llamas.

El despliegue de emergencia fue colosal. Hasta 35 bomberos, dirigidos por 4 cabos y dos oficiales al mando del sargento Joan Rosselló, tomaron aquel tramo del polígono, frente a la nave de El Corte Inglés. A las siete de la tarde la situación era muy complicada. El jefe de los bomberos, Manuel Nieto, y el concejal Àlvaro Gijón se personaron en Can Valero, para seguir de cerca la evolución de las tareas de extinción.

El falso techo que comunicaba cada uno de los negocios con el colindante tuvo un efecto «chimenea» y sirvió para que las llamas se propagaran con gran celeridad, de un local a otro. Todo el complejo de la macronave fue evacuado y el dueño de uno de los establecimientos, que se acercó demasiado al humo, resultó intoxicado y tuvo que ser evacuado en una ambulancia hasta el hospital de Son Llàtzer. Una Uvi-móvil del Samib permaneció toda la tarde junto a la zona de operaciones, por si era necesario atender a algún afectado. «Temíamos que sería peor. Por fortuna, sólo hemos trasladado a un intoxicado», informó un sanitario in situ.