La Guardia Civil utilizó en los años sesenta las carismáticas Sanglas monocilíndricas negras de cuatro tiempos, que luego pasaron a llevar motor Yamaha, con carburadores Amal primero y Mikkuni después, eran de dos cilindros y dos válvulas. Posteriormente les dotaron de Guzzis 850 T3, que realmente dieron muchos problemas, sobre todo de componentes eléctricos.
En los ochenta llegaron a la Comandancia de la Guardia Civil de Palma las primeras BMW K 75, seguramente las mejores máquinas que ha tenido nunca la Guardia Civil. A finales de los noventa las K 75 fueron paulatinamente sustituidas por las BMW R850T (muchas personas creen que son las 1100, pero en realidad la Guardia Civil utiliza un motor reducido, llantas de radios y equipo eléctrico especial). La BMW es una moto específica para la policía, no es una modificación, sino una moto que sale así de la fábrica de Munich. En la actualidad, éstas, las R850T, siguen siendo las motos que utiliza la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. No está previsto sustituirlas a corto plazo y, pese a que son algo lentas en autopista, su gran fiabilidad las hace hoy en día imprescindibles y casi insuperables para su misión en carreteras nacionales.
Algunas de estas BMW han hecho cerca de 500.000 kilómetros antes de ser dadas de baja. En general los guardias civiles de Tráfico están más que satisfechos con estas R850T que, se dice, tal vez serán sustituidas en el futuro por las Honda 1200 Pan-European. Hay dos Honda ya en Madrid, de prueba, que han dado buenos resultados. Circula el rumor de que a largo plazo el parque móvil motociclista de la Guardia Civil podría ser cincuenta por ciento BMW R850 T y cincuenta por ciento Honda Pan-European 1300, siendo estas últimas dedicadas más a patrullar en autovía y autopista.
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