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La familia vive en una finca ubicada en el kilómetro 0-500 de la carretera que enlaza las localidades de Sineu y Muro. Ayer, de madrugada, una fuga de gas butano comenzó a intoxicar silenciosamente al matrimonio y sus dos hijos, cuando todos dormían.

Providencialmente la mujer se percató de que algo estaba sucediendo. Se encontraba mal y descubrió a su marido inconsciente. En el otro cuarto los dos menores también se habían desmayado. La señora pudo pedir ayuda y después los cuatro afectados fueron atendidos en la hospital de Son Dureta, donde quedaron ingresados para seguir de cerca su evolución. Por la mañana su estado había mejorado y fuentes médicas explicaron que estaba previsto darles el alta en breve. Esa misma madrugada, nada más conocerse el caso de la familia de Sineu, una patrulla de la Guardia Civil y una dotación de bomberos se desplazó hasta la vivienda, que estaba vacía porque la familia ya estaba en el hospital.

Los agentes querían aclarar las circunstancias en las que se había producido la cuadrúple intoxicación y confirmar si el escape había sido de gas butano. Sin embargo, a esas horas de la madrugada no estaba demasiado claro de qué finca se trataba y bomberos y guardias civiles no llegaron a acceder a la casa, ya que temían entrar por la fuerza en una vivienda que al final no era la que buscaban. Por la manaña, con todo, estaba programado que los equipos de emergencia regresaran a la vivienda.

Las fuentes consultadas indicaron que la reacción de la mujer, que consiguió pedir ayuda por teléfono, fue vital para evitar que la intoxicación de su marido y sus hijos, e incluso de ella, fuera más grave o de consecuencias fatales. «Cada minuto que pasa inhalando gas es peligroso y hemos tenido casos de familias que se han dormido sin advertir una fuga y ya no se han despertado», añadieron. Los síntomas más frecuentes para detectar una intoxicación por gas son vómitos, mareos, pérdida de fuerza, náuseas y malestar general.