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El ataque se produjo en torno a las 04.30 horas del jueves desde el pequeño callejón de Costa de Can Santacília, al que se accede desde la plaza Weyler. Desde allí, los desconocidos forzaron con una placa de mármol dos persianas del Palacio de Justicia, rompieron los cristales y arrojaron dos botellas con un líquido inflamable, que según los primeros indicios podría ser alcohol. El fuego provocó que se disparara la alarma del edificio, aunque fue un vecino el primero en avisar a la policía local. En pocos minutos el lugar se llenó de policías locales, nacionales y bomberos que no podían acceder al lugar con los camiones y optaron por atacar las llamas soltando metros y metros de manguera en el callejón.

El fuego quedó extinguido en poco menos de una hora y el Palacio de Justicia recobró la calma por poco tiempo. Cuando la Audiencia abrió sus puertas a primera hora, los trabajadores que iban llegando se enteraban de la noticia y reaccionaban consternados, mientras otros ya habían oído informaciones del suceso por la radio.

La magistrada presidenta de la Sección Primera, Margarita Beltrán, se mostró muy afectada al conocer el suceso. La policía científica y varios mandos del CNP, entre los que se encontraba el jefe superior de Policía, Elicio Àmez, recorrieron las dependencias quemadas comprobando los daños. El fuego provocó el hundimiento de parte del techo y causó daños en dos ordenadores, parte del mobiliario, pintura, carpintería y enseres, aunque según un comunicado remitido por el Ministerio de Justicia no afectó a la estructura del edificio.

Los desconocidos centraron su ataque en dos salas donde se almacena documentación, por lo que algunos trabajadores comentaban ayer que el autor o autores deben de tener conocimientos exactos sobre las salas que querían atacar.