El Ministerio del Interior también clausura los calabozos de la Guardia Civil de Inca

Que la Benemérita cuenta con instalaciones y material obsoleto no es ninguna novedad. Sí lo es, sin embargo, que dos cuarteles de la importancia de Palmanova e Inca hayan quedado 'fuera de juego' de un plumazo, por orden de Interior. «Lo cierto es que esta situación no está creando problemas. Los detenidos de Palmanova tienen que ser trasladados a la Comandancia de Palma y los de Inca, a Pollença o también a Palma. Conductores y guardias que antes podían dedicarse a otras tareas tienen que estar pendientes ahora de los traslados», reconoció ayer un mando de la Benemérita consultado por este periódico. En el caso de Inca, el nuevo cuartel estará ultimado en el próximo mes de septiembre y, por consiguiente, es necesario encontrar una solución antes de esa fecha.

Con Palmanova la preocupación es mayor: el nuevo cuartel será edificado en el polígono de Son Bugadelles, en un plazo sin determinar. Calvià es el tercer municipio de toda España donde se contabilizan más denuncias cada año y también es uno de los más eficientes en cuanto a esclarecimiento de hechos delictivos. Las celdas precintadas eran tercermundistas: tienen 1,60 centímetros de ancho por tres metros de largo, con un pequeño ventanuco de ventilación. En una ocasión, con motivo de una redada en Cala Vinyes, llegaron a ocupar aquel habitáculo hasta 19 detenidos, hacinados unos junto a los otros.

Esta imagen lamentable de ciertos acuartelamientos claves causa indignación en mandos y agentes del Cuerpo, que se sienten muy incómodos trabajando en tales circunstancias. Lo más grave, con todo, es que aquellas miserables instalaciones no se limitan a Inca y Palmanova. Otros acuartelamientos presentan deficiencias graves y rozan la insalubridad. En la Comandancia, por ejemplo, las manchas de humedad y las goteras decoran muchos despachos y oficinas.