Imagen de los efectos intervenidos por la Guardia Civil a la banda. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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La Guardia Civil ha detenido a cuatro miembros de una banda que se dedicaba a clonar tarjetas de crédito en Mallorca. Los sospechosos son dos hombres y dos mujeres y fueron sorprendidos el pasado miércoles en el apartamento que ocupaban en la urbanización Maioris de Llucmajor. En la vivienda tenían un taller completo, con todo tipo de herramientas, utensilios y sistemas electrónicos e informáticos necesarios para la actividad delictiva a la que se dedicaban. Los agentes han recibido varias denuncias de perjudicados y han detectado envíos de dinero realizados por parte de los detenidos. La banda ha obtenido grandes beneficios económicos, aunque se sigue investigando el montante del fraude.

Los detenidos son: Martin H., con pasaporte checo, de 38 años, quien era el técnico de la banda, encargado de la fabricación de los sistemas y está reclamado por la Audiencia Nacional para su ingreso en prisión; Mimi L., rumano de 35 años, encargado de seleccionar los cajeros; Elena S., con pasaporte italiano, de 21 años, reclamada por la Audiencia Nacional por dos causas de falsedad de moneda; y Felicia Andrea, rumana de 22 años.

El sistema que utilizaban para clonar tarjetas era bastante sofisticado. La banda disponía de una pieza de cajero automático con la ranura para introducir la tarjeta de crédito. Esta pieza se colocaba sobre la ranura original del cajero seleccionado, sin que el usuario notara la diferencia ya que podía sacar dinero con total normalidad. Sin embargo, la pieza colocada por la banda disponía de un sistema electrónico donde se quedaban guardados los datos de las bandas magnéticas. En el mismo cajero, los sospechosos escondían una minicámara que grababa el momento en que el usuario marcaba el número secreto.

A partir de ahí clonaban las tarjetas. La información obtenida de las bandas magnéticas se volcaba a otras tarjetas y, como sabían los números secretos porque los tenían grabados, podían sacar dinero sin problemas. No necesitaban robar las tarjetas sino obtener la información de ellas. Las tarjetas utilizadas para copiar la información eran tarjetas regalo de unos grandes almacenes. Así, si hubiesen sido cacheados por la policía no hubiesen levantado sospechas. En cambio, no hubiesen pasado desapercibidos con numerosas tarjetas de crédito en su poder.