El camión de los bomberos, volcado en la carretera. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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Un barranco de la carretera de Deià a Sóller se convirtió al mediodía de ayer en una pista infernal para los dos ocupantes de un coche que cayó por el precipicio, de unos 120 metros de altura. Milagrosamente, no llevaban puesto el cinturón de seguridad y salieron despedidos antes de que el turismo se estrellara con violencia contra un olivo. Esa circunstancia les salvó la vida. A las 12.00 horas la carretera estaba mojada y resbaladiza; llovía de forma intermitente y las temperaturas eran muy bajas. Un turismo ocupado por una pareja perdió el control a la altura del kilómetro 57, se salió de la calzada y se despeñó por una pendiente de rocas, monte bajo y olivos. Según parece, ni el conductor ni su acompañante llevaban el cinturón y con los primeros golpes salieron despedidos del habitáculo. El vehículo siguió su caída a gran velocidad y cuando llegó al fondo del barranco quedó irreconocible, completamente deformado. Uno de los heridos consiguió llegar a la carretera y pidió ayuda. El centro de emergencias del 112 coordinó el operativo de auxilio, que no estuvo exento de incidencias. Un camión de bomberos del parque de Sóller, que estaba llegando a ese tramo para rescatar a los heridos, chocó frontalmente contra un coche Honda Accord, matrícula B-0771-PP. El primer vehículo quedó volcado sobre la calzada y uno de los bomberos resultó herido, por lo que fue atendido en un centro hospitalario. El conductor del coche no sufrió lesiones de consideración. Cerca de allí una mancha de aceite sobre la calzada convirtió en una trampa aquel punto, y se registraron nuevos accidentes. Los conductores implicados no se pusieron deacuerdo sobre quién había tenido la culpa.

Al final, los equipos de rescate consiguieron llegar hasta la pareja despeñada, que presentaba lesiones de pronóstico reservado. Los dos fueron trasladados en ambulancias a Son Dureta, mientras el subsector de Tráfico de la Guardia Civil se hacía cargo de la investigación. Durante toda la mañana se sucedieron los accidentes de tráfico en Mallorca, la mayoría de ellos ocasionados por la lluvia. En Palma la situación no fue muy diferente, aunque por fortuna casi todas las colisiones se saldaron con daños materiales y heridos leves. La vía de cintura, la autopista de Llucmajor, la carretera de Manacor, la de Valldemossa y otras vías de la isla fueron escenario de choques por alcance. A partir del mediodía dejó de llover en buena parte de la isla, con lo que la situación se fue normalizando. Aún así, durante la tarde continuaron las colisiones.