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Miguel M.G. llegó ayer a la Audiencia Provincial escoltado por dos policías, vestido de chándal y extremadamente delgado por la tuberculosis que padece. Este joven de 28 años, que está acusado de causar la muerte de una vecina de es Molinar de 69 años empujándola por las escaleras en agosto de 2004 cuando quería robarle dos cadenas de oro, compareció ayer debido a que su abogada solicitó al juez que el asunto no sea juzgado por Tribunal del Jurado sino mediante un juzgado de lo penal. El motivo de esta petición es que la letrada está convencida de que Miguel M.G. no tenía intención de provocar la muerte de la víctima, María Vidal Bordoy, por lo que el delito no podría calificarse de homicidio. Por su parte, el fiscal asegura que el acusado, «con pleno conocimiento de que podía ocasionarle heridas graves o la muerte, de un empujón la arrojó por la escalera con pleno desprecio para con su vida». Luego, y «pese a ver que se encontraba sangrando (...) tras haberse golpeado a lo largo de la caída de más de cuatro metros, no acudió a socorrerla».