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Nos hemos levantado a las cinco de la madrugada. Hora y media después nos encontramos en el aeropuerto de Mérida, en el que la actividad, comparada con la que dejamos horas atrás, ha decrecido ostensiblemente.

A no mucha distancia de los mostradores del check-in, la Embajada española ha montado una oficina desde la que se da todo tipo de información. Al frente de la misma está el mallorquín Gabriel Alou Forner, que es el cónsul de España en México, DF, y que, junto con un primer secretario y el consejero de turismo, ha viajado a esta zona «con el fin de instalar un servicio de emergencia para atender infinidad de llamadas que llegaban desde España y de los turistas que se encontraban en la zona y que iban a ser afectados por el huracán; seguir minuto a minuto la evolución del mismo y continuar informando a las familias que nos llamaban». Nos recuerda también que «la propia embajadora ha permanecido en Cancún durante unos días, en los que ha estado trabajando con un consejero y el cónsul honorario en la ciudad, persona afectada por el «Wilma», a quien obligó a cerrar la oficina y trasladarla a otro lugar».

Cuenta que los turistas les están pidiendo certificados para poder justificar posibles ausencias en sus trabajos a causa del huracán. Probablemente, localizar a una serie de turistas que viajaron al país habiendo comprado únicamente el billete, lo que significa que no figuran en los listados de los mayoristas, sea la labor más complicada a la que se están enfrentando en estos momentos. «Estamos contando con la colaboración de Air Europa para tratar de localizarlos e indicarles lo que deben hacer para regresar a España. También estamos dando prioridad a personas afectadas por el «Wilma» en Cancún, por lo que esta mañana, en una gestión realizada por la Embajada española y la Policía Federal Preventiva (PFP), van a salir un grupo de cincuenta en avión a México desde donde los canalizaremos hacia España».