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MARIA QUES
Inés Juan, Joan Miquel Gómez, Francisca Jofre y Maria Elena Marqués, cooperantes isleños de «Ensenyants Solidaris», se encuentran en Guatemala participando en unos proyectos y se han visto sorprendidos por los devastadores efectos del huracán «Stan», que ayer se había cobrado al menos dos mil vidas. Los cuatro se encuentran bien. Joan Miquel, policía local de Palma, dijo ayer a este periódico que se encuentra en la ciudad de Masatenango, en la parte sudoccidental del país y una de las más castigadas por el huracán. Joan Miquel añadió que «hemos estado incomunicados, con carreteras cortadas y mucha descoordinación para poder llegar a las zonas rurales, que han sido las más afectadas por el terremoto».

Las autoridades dijeron ayer tarde que la cifra de fallecidos era de 500, pero después se descubrió que alrededor de 1.400 personas murieron en el pequeño pueblo de Panabaj, al oeste de Ciudad de Guatemala, al quedar sepultados por un alud de lodo de 12 metros de espesor a causa de las fuertes lluvias provocadas por el huracán.

La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) señaló que en otro poblado cercano a Panabaj, Aldea Samac, hay otros 40 fallecidos confirmados. Ambos pueblos pertenecen al municipio de Santiago Atitlán, zona montañosa donde se ubica el lago del mismo nombre y la más afectada por las lluvias, que provocaron el deslave de cerros y que a su paso arrastraron árboles y casas.