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Un joven de 25 años, Fernando B.B., se enfrenta a tres años de cárcel por estafar 36.000 euros a su supuesta prometida y huir a continuación de Mallorca. Sin embargo, las versiones de acusado y víctima, que suelen ser contradictorias en todos los juicios, ayer fueron polarmente opuestas hasta el punto de que lo único en que coinciden ambos es que se conocieron en enero de 2003 en Palma. La víctima informó que entabló una relación sentimental con Fernando B.B. y que muy poco tiempo después comenzaron a hacer planes para casarse. La mujer llegó a solicitar un préstamo personal para acabar las obras de reforma de la vivienda de su novio, compró electrodomésticos, colchones y muebles para la casa y realizó numerosos préstamos a su pareja hasta el extremo de vaciar casi por completo su cuenta vivienda, que quedó con un saldo de 12 euros.

Entre otras cosas, su joven prometido la llegó a convencer de que se había hecho una operación de vasectomía y que necesitaba 12.000 euros más para realizarse la operación inversa.

Ambos llegaron a asistir a una boda como pareja, aunque al día siguiente el joven prometido desapareció de su vida, dejando de contestar al teléfono y a todos los mensajes que le enviaba.

La mujer viajó a Madrid y se entrevistó con los padres de Fernando, quienes le informaron de que su vástago se había ido de vacaciones a Canarias.

El acusado afirmó ayer que la única relación que le unía con la mujer era de «una excelente amistad», y no podía ser más porque afirmó que es homosexual. Según su versión, la mujer ejercía únicamente de decoradora de su casa, labor por la que no cobraba. Sin embargo, la fiscal le leyó en un momento algunos mensajes enviados a la mujer, en los que él decía cosas como «tengo dependencia de ti» y le enviaba «muchos abrazos». El acusado dijo que trata así a todo el mundo porque es «muy cariñoso».