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J.JIMÉNEZ/P.MATAS
«Mi cuñado tiene un carácter violento, pero no imaginábamos que iba a pasar algo tan fuerte. Estamos todos destrozados». Antonio Vallejo está casado con la hermana de Josefa y ayer se pasó el día consolando a los hijos del matrimonio y a sus suegros.

Antes había residido en la barriada vecina de es Rafal. «Él tenía celos y pensaba que lo iba a dejar. La verdad es que Josefa había hablado de separarse», explicó. Los dos cónyuges se encontraban de baja laboral y esa circunstancia aumentó la tensión familiar. Salían poco de casa, y discutían mucho. El ordenador y la conexión a Internet atormentaba a Gregorio, que pensaba que Josefa lo engañaba en cada chat que entraba. La mujer, de 40 años, había trabajado en un hotel, aunque una enfermedad le impedía actualmente seguir desempeñando su trabajo.

«Que yo sepa mi cuñada nunca había denunciado a su marido por malos tratos. Aún así, todos sabíamos que la relación entre ellos era muy mala y que discutían mucho», añadió Vallejo. En es Vivero la pareja no era todavía muy conocida porque llevaba sólo un año y medio viviendo, en una casa adosada.