El sospechoso, esposado, a su llegada ayer a los apartamentos. Foto: SERGE CASES

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Al bajar del vehículo de la Guardia Civil, Pedro Antonio C.Q., esposado y escoltado por varios agentes, levantó los pulgares en señal de victoria ante un pequeño grupo de amigos que le esperaban desde hacía más de dos horas. Este joven, de 29 años y natural de Jaén, fue conducido ayer por la mañana a los apartamentos Cala Ferrera de Cala d'Or, donde el pasado 16 de enero, fue hallado el cadáver de su novia. Se trataba de Veronika Kovaloska, de 26 años de edad y nacionalidad eslovaca. El cuerpo de la mujer fue hallado con un fuerte golpe en la parte superior de la cabeza, al pie del balcón de un segundo piso en el que ambos residían desde hacía varias semanas.

En principio se apuntó a que la joven se había arrojado desde el balcón tras una discusión con su novio, pero enseguida se comprobó que se trataba de una muerte violenta, y Pedro Antonio fue detenido como sospechoso de un delito de homicidio. Ayer por la mañana, Pedro Antonio fue trasladado desde los calabozos de Manacor junto con una numerosa comisión judicial integrada por la jueza de instrucción de Manacor encargada del caso, la fiscal, el perito forense de Manacor, Francisco Javier Alarcón, así como varios investigadores de la Guardia Civil. El acusado estuvo asistido por el letrado Bartomeu Oliver, quien iba acompañado de dos peritos, uno de ellos experto en biomecánica y otro en traumatología. Ambos serán los encargados de elaborar un informe sobre la muerte de la joven, y que verá la luz el próximo mes de septiembre.

La comisión realizó un recorrido de dos horas por todos los lugares en los que la pareja fue vista la noche de los hechos. Desde el primer día, Pedro Antonio ha mantenido su inocencia y ha defendido la tesis de que la joven se suicidó. Sin embargo, la autopsia realizada por los forenses llama la atención en dos aspectos. Por un lado, el cuerpo de Veronika no presentaba signos de haber caído al vacío, ya que como única contusión tenía un fuerte golpe en la parte superior de la cabeza, demás de varios arañazos en las muñecas. La tesis principal pasó a ser que el joven pudo haber agredido a la mujer con un objeto contundente mientras ésta bajaba por las escaleras. Las investigaciones se centraron entonces en buscar el arma homicida, aunque ésta nunca fue encontrada.