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J.J./G.P./P.M./E.L.V.
«Seguro que mañana volveremos a salir en la tele». Este era el comentario de uno de los vecinos que en la madrugada de ayer se encontraba en la calle Berlin, junto a la vivienda de Abdeslam Ben Butaher. Y es que en los últimos años, en la zona comprendida entre s'Arenal de Palma y s'Arenal de Llucmajor, han ocurrido algunos de los sucesos que más han mellado en la sociedad mallorquina.

El mismo vecino recordó que en el año 1994, en mayo, un chico de 17 años mató a una joven azafata y a un padre de familia a sangre fría a poca distancia de allí. Primero se encontró el cuerpo de la joven y después el del varón. Este hecho provocó el temor entre los vecinos del barrio a que un demente andara suelto por la zona y trajo de cabeza a la policía hasta la detención del autor de los disparos. Once años después, los hechos siguen estando en la memoria de muchos de los vecinos de s'Arenal.

A escasos 50 metros del edificio donde ayer tuvo lugar el homicidio se encuentra el Hotel Tívoli, todavía en ruinas. A finales de enero de 2001 dos obreros fallecieron en un derrumbe y otro sufrió lesiones graves.

A poca distancia de allí se encuentra también el domicilio donde, a finales de julio de 2002, desapareció una joven alemana de 15 años, Stefanie Rüggeberg, cuyo cadáver fue encontrado semanas después en la finca Son Verí de Dalt. La menor fue asesinada.

En fechas más cercanas, el día de año nuevo de 2004, a una manzana de la calle Berlin, se cometió el primer crimen de violencia doméstica de ese año en España. Domingo Pozo mató a disparos a Pilar Crevillent e hirió de gravedad a dos de sus hijos.

Ayer, los vecinos se despertaron con la noticia de un nuevo homicidio. La víctima llevaba bastante tiempo residiendo en la zona y la noticia de su muerte cogió por sorpresa a muchos de sus conocidos, que sabían que el padre y su hijo habían tenido alguna que otra disputa, pero no pensaban en semejante desenlace.