La Policía Local montó controles hasta la mañana en las entradas y salidas de Calvià. Foto: MICHELS

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MICHELS-JAVIER JIMÉNEZ
La primera vivienda que asaltó el delincuente está ubicada en la calle Jaume III, en Calvià. El propietario había dejado las llaves del coche en el contacto y el ladrón se llevó el Renault Twingo, así como una bolsa con cartuchos de caza del calibre doce.

Eran las dos de la madrugada, aproximadamente, y a continuación se desplazó a otro chalet, esta vez en la calle Costa, y también consiguió entrar, tras forzar uno de los accesos. Del interior se apoderó de unos 2.000 euros en efectivo y luego escapó. Había dejado aparcado en la calle el Renault sustraído y buscó otra casa para «visitar». La que eligió era la del alcalde de Calvià, Carlos Delgado, aunque lo más seguro es que no lo supiera. Su todoterreno estaba estacionado en el interior, y parece ser que el político y su familia dormían en el interior en esos momentos.

El intruso saltó la barrera de la calle e intentó forzar la cerradura de unas de las puertas, sin conseguirlo. Estaba cerrada por dentro con un pestillo y se marchó sin poder robar en el interior. A eso de las 4.00 horas un coche patrulla de la Policía Local reparó en el Twingo, que circulaba por la carretera principal. Los agentes recelaron del conductor, y le dieron el alto con la intención de identificarlo. No sabían que acababa de robar en dos chalets y que lo había intentado en el de Carlos Delgado, pero sospecharon de su actitud, ya que se puso muy nervioso al toparse con la policía.

En lugar de detenerse en el arcén, el conductor aceleró bruscamente y trató de huir. Acto seguido se entabló una persecución y el fugitivo comprendió que no podría ir muy lejos, ya que tenía al coche policial que lo seguía muy de cerca. Entonces frenó de forma inesperada, se apeó y empezó a correr, en dirección a la montaña. Era noche cerrada y los agentes intentaron dar alcance al sospechoso, que finalmente consiguió eludir el cerco. El vehículo recuperado fue trasladado hasta el cuartel de la Guardia Civil de Palmanova, donde los especialistas en huellas lo inspeccionaron y localizaron una marca digital que puede ser vital para la detención final del hampón. La aparición de la bolsa con los cartuchos hizo pensar, en un principio, que el delincuente podría ir armado, lo que desató todas las alarmas. Al final, sin embargo, se comprobó que no era así.