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El pescador de un llaüt que navegaba ayer por la mañana a una milla de Cala Estancia, en la playa de Palma, reparó en un bulto que flotaba, a merced de la corriente. Cuando se acercó comprobó que se trataba de un hombre, aparentemente ahogado, pero su sorpresa fue mayúscula cuando descubrió que se movía.

El testigo no tenía fuerzas suficientes para sacar el cuerpo del agua, ya que el náufrago era de gran tamaño y peso, por lo que decidió anudarle unas cuerdas para evitar que se ahogara. Mientras, solicitó ayuda y una unidad de intervención inmediata de la Policía Local (UII) acudió en su auxilio, en la lancha de los operarios del club. La víctima, de 35 años, nacionalidad alemanes y llamado Albert E., estaba aturdida y cuando llegó a Cala Estancia recuperó parcialmente la consciencia. Se encontraba herido en distintas partes del cuerpo y aseguró que lo habían agredido y a continuación lo habían arrojado al agua desde un barco, sobre las ocho de la mañana.

El caso pasó entonces a manos de la Guardia Civil y el extranjero, que podría ser un indigente de la zona, fue evacuado en una ambulancia del 061 hasta el hospital de Son Llàtzer, donde comprobaron que su estado no era muy grave. Los agentes de la Policía Judicial se desplazaron al recinto hospitalario y se entrevistaron con él, para comprobar si se trataba, tal y como él sostenía, de un intento de homicidio. La versión que ofreció, sin embargo, no convenció del todo a los investigadores, que tienen serias dudas sobre la hipótesis de una agresión. La Benemérita ha comprobado que hace relativamente poco tiempo que ya ingresó en Son Llàtzer, con lesiones, y el asunto de momento está bajo investigación policial. Lo único que está claro es que el pescador le salvó la vida a Albert E. Unos minutos más y se hubiera ahogado.