Los siete implicados declararon ayer en el Juzgado de Instrucción número 3 de Palma. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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Los responsables de la investigación destacaron que los siete acusados -croatas, bosnios, ucranianos, eslovacos y albano kosovares- ya se vieron implicados el año pasado en otra oleada de robos en Mallorca. Tras una breve estancia en prisión, quedaron en libertad y volvieron a las andadas. En invierno actuaban en la Península y en verano regresaban a Mallorca, su paraíso del delito. El 'capo' croata de la banda residía en la Plaza Gomila, junto a una mujer eslovaca y otro matrimonio del Este. Se movía en un lujoso Audi A8, de gran cilindrada, y llevaba un nivel de vida escandaloso. Podían gastar 600 euros al día en máquinas tragaperras.

El Grupo de Patrimonio de la Guardia Civil, por un lado, y el Grupo de Crimen Organizado de la Jefatura, por otro, abrieron una investigación y compartieron las diligencias. Los asaltos a viviendas se sucedían y era casi imposible cazarlos. La pista definitiva llegó con el robo en una casa de Puigpunyent. Uno de los ladrones dejó una huella y a partir de ahí la investigación avanzó con paso firme y fue desmantelada parte de la banda.

Las otras casas que ocupaban estaban en Son Ferriol y todas ellas fueron registradas, al igual que la de Joan Miró. Se encontraron joyas, en grandes cantidades, dinero, tarjetas de crédito y documentaciones, así como tres vehículos de gran potencia. Los investigadores les imputan más de 70 robos en toda Mallorca y ayer seis de ellos declararon ante el juez. La mujer apresada quedó en libertad con cargos porque tiene que cuidar de un niño de 18 meses. Marcelino Ripoll, el jefe del Grupo de Crimen Organizado, destacó que los implicados tenían distintas identidades.