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El Hospital Psiquiátrico de Palma se ha comprometido a investigar un presunto trato vejatorio a una paciente, a raíz de una denuncia presentada la semana pasada por la madre de una joven que estuvo ingresada cerca de dos semanas. La paciente es una joven de 18 años de edad con una minusvalía del 83 por ciento, que ingresó el pasado 22 de febrero en el centro y fue dada de alta el 3 de marzo.

En declaraciones a este diario, su madre Carmen indicó que tras recibir el alta, comenzó a observar que la pequeña se encontraba muy nerviosa y que no podía dormir por las noches.

Al cabo de un par de días, otra interna se puso en contacto con ella y le mostró una fotografía tomada con un teléfono móvil en la cual aparecía su hija atada a una cama, de rodillas y en una incómoda postura.

Esta paciente le explicó a Carmen que su hija había estado varias horas llorando atada sin que nadie la atendiera. Al parecer, la cama se encontraba desplazada de su lugar original. Además se da la circunstancia de que la habitación en la que se hallaba la interna no era la suya y estaba situada junto a la enfermería, a pesar de lo cual no recibió ninguna asistencia. Esta paciente informó a la madre de que antes de este episodio, su hija había estado atada a una silla también durante largo rato y sin recibir atención alguna.

La madre pudo comprobar que su hija tenía cardenales en las piernas, la boca irritada y había adelgazado un par de kilos durante su estancia en el Hospital, con lo que decidió denunciar los hechos ante el Ib-Salut y el juzgado de guardia.

Hace unos pocos días Carmen se entrevistó con el director del Hospital y con el médico que atendió a su hija para pedirles explicaciones por lo sucedido. Tanto el director como el médico se mostraron sorprendidos al comprobar en primer lugar que una paciente hubiese podido realizar la fotografía con un teléfono móvil, contraviniendo así el reglamento interno que dicta que los internos no pueden tener móviles ni comunicarse con el exterior.