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El juicio por una agresión ocurrida en la calle Joan Miró, en noviembre de 2002, se celebró ayer en la Audiencia de Palma. El acusado, Evoloko B., de nacionalidad congoleña, y la víctima, que tiene como secuelas la pérdida total de la visión del ojo izquierdo, ofrecieron versiones distintas sobre los hechos. El acusado, de 31 años, declaró que discutió con la víctima y ambos se pelearon porque le reclamó una deuda de una factura de teléfono. Evoloko admitió que durante la pelea, «que duró 15 o 20 minutos» hubo un intercambio de puñetazos pero negó que lo agrediese directamente. El acusado dijo que un amigo suyo los separó y éste le dijo que se marchara del lugar porque iba a venir la policía. La víctima manifestó que el día de los hechos había salido de un bar para tomar el aire, sobre las 23.00 horas. No obstante, afirmó que el acusado se le acercó y le dio un puñetazo en la cara y después intentó atacarlo más, pero él se agachó y no pudo responder a la agresión. A raíz del golpe perdió la visión del ojo izquierdo. La víctima relató que «cuando empezó a salir gente del bar, él se marchó».

El fiscal pide 9 años de cárcel por la agresión, mientras que la defensa solicita un año de cárcel, como máximo, al considerar que se trata de lesiones por una imprudencia.