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Las investigaciones que lleva a cabo la policía judicial en el edificio de la calle Valencia de la localidad madrileña de Getafe, donde la noche del miércoles se produjo una explosión en la que murieron dos mujeres y resultaron heridas 11 personas, manejan como «hipótesis más probable» que la causa fuera un escape de gas. El delegado del Gobierno en Madrid, Constantino Méndez, informó ayer de que no se han encontrado restos de explosivos y, aunque indicó que todavía no se descartaba ninguna vía de investigación, explicó que la «tremenda» acumulación de gas que provocó daños en 85 viviendas y 47 vehículos pudo tener su origen en un «encendido en falso del sistema de calefacción».

Tras señalar que «ésta es la hipótesis de la que parte la encuesta policial» y que está basada sobre todo en declaraciones de testigos, y en concreto «en las de una persona en cuya vivienda se ha producido la explosión», añadió que ésta pudo producirse en el momento en que se volvió a intentar encender el sistema después de un periodo de varias horas en el que el gas estuvo saliendo en ausencia de las personas que habitaban el piso.

Añadió sin embargo que por «prudencia técnica» esta hipótesis debe verse confirmada por los distintos peritajes. Según algunos vecinos, la explosión se pudo producir cuando una de las fallecidas estaba enseñando el piso a la otra. Mientras la policía judicial, los bomberos y técnicos de Gas Natural prosiguen las investigaciones, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en declaraciones en la zona de la explosión, descartó la hipótesis del atentado terrorista y anunció que la Administración autonómica prestará ayuda a las familias afectadas y exigirá a las compañías suministradoras de gas una mayor prevención.

Las dos mujeres que perdieron la vida en el siniestro son Raquel Romero, de 33 años, que murió la noche del miércoles y Mari Carmen Sánchez, de 35, fallecida ayer en el hospital y madre de un niño de 10 años que resultó herido.