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AGENCIAS-MANILA
Más de 1.500 personas murieron o desaparecieron al paso de la tormenta tropical «Winnie» y del tifón «Nanmadol» la semana pasada por Filipinas, según un nuevo balance difundido ayer por las autoridades.

Hasta la fecha se descubrieron 607 cadáveres y todavía no hay noticias de 695 desaparecidos en las ciudades de Real, Infanta y General Nakar (nordeste), la zona más afectada por «Winnie» el 29 de noviembre y devastada cuatro días después por el tifón «Nanmadol», indicó el coronel Jaime Buenaflor, comandante de las operaciones de socorro militares en la región.

En otras zonas del país se registraron 62 muertos, así como dos desaparecidos, agregó el servicio de Defensa Civil en Manila, que coordina el socorro a los civiles. Por su parte, el tifón Nanmadol dejó 38 muertos y 33 desaparecidos el jueves pasado.

El Papa Juan Pablo II manifestó ayer en un telegrama su «profundo pesar» por las víctimas de la tormenta tropical. En el telegrama, enviado por el secretario de Estado, cardenal Angelo Sodano, al presidente de la Conferencia Episcopal Filipina, el arzobispo Fernando Capalla, el pontífice expresó su «cercanía espiritual» a las familias de los damnificados y a las personas que ofrecen ayuda a la población.