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Meryam Jirari es una mujer marroquí que lleva 13 años viviendo en España. Actualmente trabaja en una asociación de ayuda a inmigrantes residentes en Palma, tiene tres hijos y está en trámites de separación de su marido desde hace un año. El pasado 16 de noviembre, éste acudió al colegio donde estudia uno de los hijos, de cinco años de edad, y se lo llevó.

Meryam pensaba que se trataba de uno de los habituales «excesos» en el régimen de visitas establecido por el juez y se dio un día de plazo para esperar a que el hombre devolviera al pequeño. Sin embargo, al día siguiente tampoco apareció y decidió dar aviso a la policía e iniciar la búsqueda por su cuenta.

Tras algunas investigaciones, Meryam contactó con uno de sus tíos que vive en Rabat y supo que su ex marido se había puesto en contacto con él. Su ex pareja, por su cuenta y riesgo, había decidido llevarse al menor hasta una pequeña aldea de montaña en los alrededores de Fez, a pesar de que el pequeño no habla una sola palabra de árabe y en la aldea no hay colegios donde pueda estudiar.

Meryam está sorprendida y molesta por varios motivos. En primer lugar, no comprende cómo es posible que su hijo abandonara el país cuando ella tiene tanto su DNI como su pasaporte. Además, el padre está en busca y captura desde el pasado mes de agosto, debido al impago de la pensión alimenticia mensual de 300 euros impuesta por el juez. «He luchado mucho por dar a mis hijos la mejor educación posible y no pienso permitir esta situación, porque robar un niño a su madre para hacerla sufrir es como matarla» declara Meryam.

La mujer ha denunciado los hechos ante el juzgado y la policía. También realizó gestiones para hablar con la jueza de familia, que no la atendió. «Llegó un punto en que descubrí que tenía derechos. Entonces me planteé que debía separarme y tomar mis iniciativas y pienso seguir ese camino», señaló Meryam, quien está dispuesta a llegar a las máximas instancias políticas y judiciales para recuperar a su hijo.