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Los psicólogos que examinaron a Domingo Pozo, el acusado de matar el pasado 1 de enero a Pilar Crevillent en s'Arenal, afirmaron ayer que el acusado no padece ninguna patología psicótica que anule sus facultades intelectivas ni volitivas, e insinuaron la posibilidad de que pudiese haber simulado la supuesta amnesia por la que asegura no recordar nada de lo sucedido. Pozo está acusado de entrar en el domicilio de Pilar Crevillent y asesinarla de dos tiros, además de herir gravemente a los hijos de ésta por otros dos disparos realizados con una escopeta de caza.

En este sentido, dos testigos que estuvieron en contacto con Domingo Pozo el 1 de enero indicaron que ese día le vieron bebiendo «cinco o seis cervezas» y que tuvieron que convencerle para cerrar el bar que tenía en Sa Indioteria. Uno de ellos incluso le ayudó a tumbarse en un sofá del local para que se le pasase la «borrachera». Pozo le pidió que regresara al cabo de una hora, aunque éste le indicó que debía irse con su familia. Al cabo de un rato el presunto asesino se levantó y bebió otras tres cervezas. A media tarde cogió su escopeta de caza y tomó la decisión de ir a casa de Crevillent.

Los psicólogos también negaron que padeciese el llamado «delirio de celos», un trastorno mental por el que la defensa intentó explicar en parte el comportamiento de Pozo. Sin embargo, los doctores sí reconocieron que el acusado abusaba del alcohol con frecuencia, aunque no quisieron arriesgarse a indicar si el día de los hechos había bebido mucho o no.