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Una curva ubicada en el kilómetro 2,5 de la carretera que enlaza Campos con sa Ràpita se convirtió ayer en un improvisado desguace de coches. Hasta tres vehículos se estrellaron en aquel tramo con sólo dos horas de diferencia. Los daños materiales fueron cuantiosos, aunque los heridos fueron de escasa consideración.

El primer accidente aconteció poco antes de las siete de la mañana, cuando estaba lloviendo y un turismo se salió de la curva y se estrelló contra una pared de piedra. Minutos después cuando en la calzada todavía había restos de la primera colisión, se repitió la historia y a las 9.30 horas fue un Opel Astra el que perdió el control y se reventó dos ruedas y parte de la carrocería. Se trata de un «punto negro» denunciado en numerosas ocasiones por los vecinos, que han contabilizado decenas de siniestros en los últimos años. Incluso uno de ellos fue mortal y se registró recientemente.

«Es una curva que hay que tomarla a poca velocidad, porque está mal trazada. Encima, cuando caen cuatro gotas resbala muchísimo y los coches no se dan cuenta del peligro y cuando frenan ya es demasiado tarde, porque se les va el coche», explicó uno de los residentes. Por otra parte, la tenue lluvia que cayó ayer en Mallorca causó accidentes en la Vía de Cintura de Palma, la autopista de Inca, la de Andratx y también en la carretera de Manacor y la de Calvià.