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La acusada, que tiene 29 años, y su compañero sentimental acudieron en la noche del domingo al lunes a un conocido bar de s'Arenal de Llucmajor, donde consumieron algunas bebidas.

El enfado de la chica, sin embargo, fue a más y salió a la calle, donde estaba aparcado el coche en el que habían llegado al local. Allí cogió una navaja y se encaró con el compañero, que no tuvo tiempo de defenderse y recibió dos cuchilladas a la altura de la nariz, que le provocaron sendas heridas incisas. El hombre comenzó a sangrar y en un principio se temió que las lesiones que presentaba fueran de mayor gravedad. La agresión fue presenciada por algunos testigos y la Guardia Civil de Llucmajor tuvo conocimiento de la reyerta, por lo que envió al lugar a varias patrullas. En un principio se pensó que se trataba de un caso de violencia doméstica en el que era el varón quién había maltratado a la mujer, pero luego se comprobó que no era así.

La relación entre ambos está muy deteriorada y el varón, en un momento dado, le explicó que lo mejor era romper el noviazgo. La fémina se tomó muy mal aquella sugerencia y se fue encolerizando a medida que veía que su todavía novio estaba más convencido de tomar tal decisión. En el establecimiento advirtieron la disputa entre la pareja, pero la achacaron a una riña habitual entre novios, por lo que no le dieron mayor importancia.

La joven de 29 años, que hasta la fecha carecía de antecedentes policiales, fue arrestada por los agentes, que además se intervinieron del arma blanca utilizada en la agresión. Según parece, se encontraba en un estado de gran nerviosismo, pero al final se calmó y fue trasladada hasta el cuartel, para que prestara declaración sobre lo sucedido en la calle de s'Arenal. El contenido exacto de su versión no ha trascendido, aunque las fuentes consultadas indicaron que la joven aseguró que no había premeditado el ataque, y que se bloqueó cuando su compañero le anunció su intención de romper sentimentalmente.