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El Grupo de Homicidios de la Policía detuvo ayer a dos toxicómanos acusados de incendiar la chabola de Son Banya en la que vivía Moussa M., el nigeriano de 30 años de edad que resultó herido grave el pasado lunes.

En principio, los ocupantes del poblado apuntaban a que el incendio había sido fortuito, aunque la policía sospechaba que tras el suceso se podía ocultar un «ajuste de cuentas» puesto que el herido, también toxicómano y de un carácter calificado de «conflictivo», tenía numerosos antecedentes policiales tras protagonizar algunas peleas en la zona.

Hace tan sólo unas semanas, ya fue detenido por intentar violar a una joven en el interior de una furgoneta aparcada en el poblado, hecho que pudo desencadenar el presunto ataque. Tampoco se descarta que el «ajuste de cuentas» tenga como origen un desacuerdo sobre una operación de compraventa de drogas.

A consecuencia del incendio, Moussa M. resultó gravemente herido con quemaduras de segundo y tercer grado en la cara, los brazos y antebrazos. Tras ser ingresado en Son Llàtzer, los médicos que lo atendían recomendaron su traslado al hospital de Vall d'Hebron de Barcelona, donde ingresó en la Unidad de Grandes Quemados en estado crítico.