Los accidentes ocurrieron en Santa Margalida (en la foto) y en Artà, donde hubo tres fallecidos. Foto: LLUÍS PLANAS

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E.L.V./LL.P./G.M.
Las carreteras mallorquinas vivieron ayer una nueva jornada negra, con dos accidentes que provocaron cuatro víctimas mortales. El primer siniestro tuvo lugar sobre las 07.20 horas de la mañana en el kilómetro 6,100 de la carretera C-712, que enlaza Artà con el Port d'Alcúdia, a la altura del desvío hacia la Colònia de Sant Pere. José Antonio G.T., de 24 años, viajaba en un vehículo Renault Megáne Scénic e invadió el carril contrario, por donde en ese momento circulaba un Fiat Panda de alquiler en el que viajaban tres turistas alemanes: Rudiger B., de 37 años, su padre Gunter Baul B., y una mujer indocumentada de unos 60 años, que según todos los indicios era la esposa de Gunter.

La colisión entre los dos vehículos fue frontal y provocó la muerte en el acto de dos de los tres ocupantes del Fiat Panda, mientras el más joven falleció en la ambulancia del 061 tras entrar en parada cardíaca. Por su parte, el ocupante del Renault resultó herido leve. El siniestro provocó el colapso de la carretera Alcúdia-Artà, por lo que varias patrullas de la Guardia Civil tuvieron que intervenir para regular el tráfico. Dos vehículos de los parques de Bomberos de Artà y Can Picafort se desplazaron para rescatar a los tres ocupantes del Panda, que habían quedado atrapados entre los restos del coche.

Una vez certificadas las muertes de los alemanes, el juez ordenó el levantamiento de los cadáveres. La Guardia Civil realizará las gestiones pertinentes para esclarecer las causas del accidente, aunque las primeras hipótesis apuntan a que el conductor del Renault Megane, que dio una tasa positiva en el control de alcoholemia, pudo haberse quedado dormido.Por otra parte, sobre las 15.15 horas otro accidente de tráfico en Santa Margalida acabó con la vida de Bernat Llull, un vecino del pueblo de 70 años de edad. El suceso se desencadenó cuando la víctima, que circulaba en un ciclo-