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El 26 de abril de este año, Eleázar M.P., de 18 años de edad, acudió a un local de máquinas recreativas de Palma en compañía de otra persona. Una vez dentro pidió un vaso de agua, comprobó que no había gente en el local, sacó una katana del interior de una funda y amenazó con ella a una trabajadora. A continuación la llevó aparte y le exigió la recaudación, llevándose un botín de 2.624 euros. Sin embargo, una cámara de seguridad registró su rostro y Eleázar fue detenido poco después. Su compañero, por el contrario, consiguió huir. Para llegar al lugar del robo los atracadores habían robado previamente dos motos. Una de ellas pertenecía a un funcionario de prisiones y la otra a un policía nacional, aunque los ladrones ignoraban esta circunstancia.

El juzgado de lo Penal número 7 de Palma condenó ayer al joven Eleázar a cumplir dos años de prisión por los delitos de robo con intimidación, robo de uso en tentativa y hurto de uso. El condenado deberá indemnizar al local con la cantidad robada, y pagará al funcionario de prisiones otros 834 euros por los daños ocasionados en la moto, que quedó destrozada después del robo. El joven aseguró a la dueña del establecimiento que fue obligado «a punta de pistola» a cometer el robo por unos individuos.