La Guardia Civil sigue varias pistas para esclarecer el crimen del empresario con residencia en Cala Carbó.

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El nombre del empresario afincado en Madrid tiroteado en un posible ajuste de cuentas el pasado sábado en la terraza de un restaurante de Sant Josep no era desconocido para la Guardia Civil de Eivissa. Hace ahora menos de un mes, José Miguel López Calzado, sobre el que ayer trascendió que era natural de la localidad cordobesa de Puente Genil, fue identificado en uno de los controles preventivos que como cada verano agentes del Instituto Armado montan en la zona de ocio.

El empresario, que, como ya se informó , contaba con negocios de automoción en Madrid y Málaga (posiblemente en Marbella) y el cuál había sido procesado por narcotráfico, fue parado a mediados de este mes en un control cuando con un amigo, de nacionalidad iraní, visitaba una discoteca del municipio de Sant Antoni. López Calzado, de 36 años, portaba en ese momento supuestamente una pequeña cantidad de cocaína que se creyó destinada para su consumo. Al parecer, a su acompañante también se le requisó droga. Los agentes levantaron acta a fin de tramitar la correspondiente sanción administrativa.

La víctima, pese a su pasado turbio, nunca dio motivos para ser detenido en Eivissa. La Guardia Civil, dentro de las investigaciones que se llevan cabo para esclarecer el número de personas que participaron en su asesinato, está precisamente rastreando todo su historial a fin de conocer cuáles eran sus relaciones en distintos puntos de la Península, en especial en Madrid y Málaga. El caso, protegido por secreto sumarial, sigue pendiente de verificar nuevas pistas que puedan llevar hasta los asesinos y a la localización del coche en el que huyeron entre dos y cuatro personas.