Indalecio ingresó en estado de coma en Son Dureta el 28 de febrero de 2000.

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PEP MATAS/JAVIER JIMÉNEZ

Pero desde hace unos días ha ocurrido lo que los médicos decían que podía ocurrir sólo como un 'milagro': Indalecio ha recuperado la consciencia, distingue a los familiares y amigos, razona, tiene memoria y, lo más importante, recuerda lo que ocurrió aquella noche. Oficialmente su caso está archivado. Después de que una patrulla de la Policía Local lo encontrara se hizo cargo de la investigación la Guardia Civil. Indalecio presentaba tres golpes en la cabeza y uno de los médicos dijo que había recibido un golpe en la nuca que fue el que le dejó en coma, con un objeto similar a un bate de beisbol.

La Guardia Civil, meses después, concluyó que no había pruebas para inculpar a nadie, y si primero no descartaron que pudo haber sufrido un accidente después se decantaron porque fue víctima de una brutal agresión. Tres horas antes de ser hallado en la cuneta Indalecio estaba en un bar de la calle General Riera, haba bebido unas cervezas, tuvo una bronca con otras personas y desde el local se llamó al Cuerpo Nacional de Policía. Dos agentes que declararon ante la Guardia Civil dijeron que acudieron al bar, le identificaron y después le dejaron marchar. En esta caso, pues, hay un espacio de dos horas o más en las que nada se sabe, hasta que se le encuentra tirado en una cuneta.

Pero ahora, desde hace unos días, Indalecio, que sigue sin recuperar el habla, sí que mediante una especie de pizarra y con otros métodos puede dar su versión de lo que ocurrió en este espacio de tiempo 'perdido'. El caso, pues, tendrá que reabrirse porque la víctima señala a las personas que le agredieron.