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El pasado martes quedó visto para sentencia en el Juzgado de lo Penal número 25 de Madrid el juicio contra el conocido traumatólogo Pedro Guillén, a quien un paciente mallorquín ha conseguido sentarle en el banquillo acusado de un delito de imprudencia. La abogada que representa la acusación particular, en nombre de este enfermo a quien con casi toda seguridad tendrán que amputarle la pierna izquierda por haber sufrido cangrena, reclamó una condena de tres años de prisión e inhabilitación para el conocido traumatólogo, así como para dos compañeros suyos de la clínica en la que trabajan.

Se da la circunstancia que el forense de Manacor, Javier Alarcón, que realizó un peritaje sobre el caso llegó a la conclusión de que no existía relación entre la operación que le practicó el traumatólogo Guillén al paciente mallorquín con la posterior complicación que sufrió en la pierna. El paciente afirma que le colocaron una fédula tras la operación de tal forma que le flexionaron la pierna. Durante tres días se quejó de dolor hasta que otro médico le abrió el vendaje y comprobó que la pierna estaba negra, debido a que no había recibido riego sanguíneo.

La acusación particular, por su parte, para rebatir el informe forense, también llevó a juicio a otros médicos de Mallorca. Un traumatólogo sí considera que existe causa-efecto entre la operación, el vendaje que se le colocó al paciente y la posterior complicación médica.

El fiscal no presenta cargos contra el doctor Guillén.