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EFE-GUADALAJARA
Los forenses que realizan la autopsia a los restos humanos hallados en una fosa de aguas residuales de la urbanización de Trijueque (Guadalajara) donde residía Dónovan Párraga no habían hallado ayer ningún posible signo de violencia, a pesar de haber concluido los exámenes externos e internos de los mismos.

El avanzado estado de descomposición de los restos mortales hace mas difícil la labor de los tres forenses que trabajan en el tanatorio de Guadalajara que no se reanudarán hasta hoy con un análisis más pormenorizado de las piezas y previsiblemente una toma de muestras. Ya han sido retirados la práctica totalidad de los restos del pozo negro de la urbanización «La Beltraneja», donde vivía Dónovan Párraga y sólo restan algunos huesos de pequeñas dimensiones.

Hasta el momento, la necropsia realizada en el tanatorio Nuestra Señora de la Antigua de Guadalajara ha permitido un examen externo de la piezas humanas encontradas y otro interno, pieza por pieza. Según las mismas fuentes, una vez que se analicen las muestras, éstas se remitirán al Instituto Toxicológico de Madrid para que los estudie, lo que está previsto para principios de semana. Sin embargo el experto forense José García-Andrade afirmó ayer que el lugar donde se ha hallado el cadáver de Dónovan Párraga «no puede ser más demostrativo de que se trata de un homicidio» y descartó que fuese un accidente o un suicidio.