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Con la detención en la tarde noche del martes del segundo presunto coautor directo del asesinato de Maria Antònia Colom Vich la Guardia Civil está a punto de esclarecer por completo el brutal crimen de la funcionaria palmesana.

Hasta la fecha habían sido arrestadas doce personas, muchos de ellos ecuatorianos, y sólo tres -Patricio Arturo G.V., Olivia C.M. y Francisco Javier C.C.- habían ingresado en prisión. El grado de participación de los encarcelados está también determinado y los investigadores creen que fue Patricio, que mantenía al menos desde hace un año una relación con la fallecida, quien acabó con su vida degollándola. Sin embargo, las pruebas e indicios recabados apuntaban a que otra persona intervino en el crimen de forma activa. El principal sospechoso era un colombiano de 25 años, llamado Harbey Paul V.P., que frecuentaba la barriada de Son Roca, donde residían la mayoría de los implicados, y que en la noche que fue asesinada Maria Antònia acompañaba supuestamente a Patricio Arturo.

El joven fue arrestado el martes y en las próximas horas pasará a disposición judicial en los juzgados de Inca. Según la reconstrucción policial de los hechos, el joven ecuatoriano y su amigo colombiano se citaron el día 5 con la funcionaria, que se había separado meses antes y se encontraba depresiva. Los investigadores creen que los dos extranjeros intentaron extorsionar a la mujer, a la que le habían robado joyas de su propiedad días antes, y durante el episodio se produjo un forcejeo entre ellos que finalizó dramáticamente cuando uno de los dos varones esgrimió un cuchillo de carnicero de unos 30 centímetros y la degolló. Luego quemaron el coche Smart de la víctima en el polígono de Son Castelló y también prendieron fuego a su cadáver en la cuneta de la carretera Inca-Llubí, con la intención de borrar huellas.