Javier Mas Catalá permanecerá unos quince días en la Unidad de Quemados. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

TW
0

«Todo ocurrió muy rápido; en cuestión de segundos mis ropas empezaron a arder». Javier Mas Catalá, el joven de 26 años que el domingo por la noche sufrió quemaduras de tercer grado al incendiarse una garrafa de gasolina en el garaje de su casa de la urbanización de Son Prunet, en el Pla de Na Tesa, explicó ayer a Ultima Hora cómo ocurrieron los hechos que estuvieron a punto de costarle la vida.

El herido se encuentra hospitalizado en la Unidad de Quemados del hospital Verge de la Salut, en la barriada de es Rafal, a donde fue trasladado tras ser curado en primera instancia en Son Llàtzer. Esa noche, pasadas las 23.00 horas, Javier regresó a su casa tras acabar la jornada laboral y aparcó su coche deportivo Hyundai Coupé en el garaje: «No sé muy bien lo que pasó, pero el motor del coche estaba caliente y lo aparqué al lado de una garrafa de cinco litros de gasolina que estaba allí para el generador. Cuando me apeé el combustible empezó a arder y le di una patada a la garrafa para alerjarla, lo que provocó que mis pantalones quedaran envueltos en llamas», contó desde el centro hospitalario.

Javier reaccionó de forma desesperada y mientras se intentaba quitar la ropa se quemó también las manos y los brazos. «Todo ocurrió muy rápido y cuando apagué el fuego de la ropa me di cuenta de que el coche comenzaba a incendiarse, por lo que acudí a los vecinos a pedir ayuda», añadió. El coche, matrícula IB-DS, quedó completamente devastado por las llamas, que también se propagaron a otros muebles del garaje. Los bomberos de Palma se desplazaron urgentemente hasta la vivienda, tras recibir varias llamadas telefónicas de auxilio, pero cuando llegaron no pudieron hacer nada por el turismo.

Su padre y algunos residentes permanecieron junto a los equipos de emergencia mientras duró la actuación. «Todavía estoy pagando el coche y no estaba asegurado a todo riesgo», se lamentó ayer su propietario, que según los médicos podrá abandonar el hospital en un plazo aproximado de quince días. Las quemaduras que sufre en manos, antebrazos y piernas (casi hasta las rodillas) son de tercer grado, pero la recuperación parece que será óptima.