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Otro tiroteo, ocurrido en una gasolinera de Manassas (Virginia), en el que murió un hombre, ha vuelto a sembrar la alarma en las zonas residenciales del norte de Washington, mientras se investiga si está relacionado con el francotirador que mantiene aterrorizados a los residentes. «Es muy pronto para decirlo, pero no podemos descartarlo», dijo el detective Denis Mangan, al ser preguntado si el incidente se inscribe en la serie de tiroteos atribuidos a un francotirador.

Sobre las 20.15 horas (00.15 GMT de ayer), un hombre blanco fue abatido mientras repostaba gasolina en una gasolinera de la ciudad de Manassas. El incidente suscitó una enorme movilización policial en esta población, tradicionalmente tranquila, de 35.000 habitantes. Según testigos presenciales, la víctima fue abatida de un sólo disparo, como ha ocurrido en los anteriores asesinatos atribuidos al francotirador, pero a diferencia de otros casos no vieron ningún vehículo huyendo de la zona del suceso.

La sargento Kim Chinn, portavoz de la policía del condado, admitió que este nuevo caso tiene muchas similitudes con los ocho tiroteos registrados desde el día 2 del presente mes en la zona. Las autoridades policiales han ofrecido una recompensa -que en un principio era de 50.000 dólares y ha aumentado ya a 237.000 dólares- a quien facilite pistas que conduzcan a la captura del asesino en serie. Poco antes de registrarse este nuevo incidente, las autoridades indicaron que las pruebas forenses obtenidas en el tiroteo del lunes -en el que resultó herido de gravedad un escolar de trece años-, han sido enviadas a un laboratorio del FBI.