Francisco Javier y Marisol aseguran que el comportamiento del sacristán no fue normal. (Foto: JOANA PÉREZ).

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El día 31 de agosto será siempre una fecha recordada por Francisco Javier y Marisol. Primero, porque contrajeron matrimonio en Palma, pero también porque la ceremonia «no se celebró todo lo bien que hubiésemos querido» y ambos acabaron en Jefatura de Policía donde interpusieron una denuncia contra el sacristán de la parroquia de Sant Francesc, a quien acusan de haberlos dejado encerrados en el claustro de la iglesia durante una media hora.

Una semana después, la pareja se lo toma «con buen humor», pero recuerda que «en esos momentos lo pasamos muy mal y lo único que queremos poniendo esta denuncia es que a nadie le vuelva a suceder lo mismo».

«Primero nos creíamos que era una broma, o incluso llegamos a pensar que había una cámara oculta, pero luego vimos que la cosa era más seria», explicaron ayer a este periódico.

El sacristán de la iglesia de Sant Francesc explica por su parte que «es cierto que estuvieron encerrados en el claustro, pero sólo diez ó 15 minutos». El sacristán explicó que «es la primera vez que hay problemas con una boda» y que «no hay motivos para que hubiese tanto nerviosismo, ni para poner una denuncia». Según el sacristán, «la boda acabó a las nueve, y estuvieron una hora en el claustro haciéndose fotos. En ese tiempo limpié todo y luego cerré y les dije que en un momento bajaba» porque iba a darse una ducha, pero «tardé poco tiempo».