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J.JIMÉNEZ La fuerte lluvia que cayó ayer por la tarde en algunos puntos de Mallorca provocó problemas y en el caso de Banyalbufar obligó a cortar la carretera, ya que se produjeron desprendimientos de tierra y piedras que pusieron en peligro la integridad de los conductores.

Un portavoz del subsector de Tráfico de la Guardia Civil informó de que a las 14.00 horas varias personas se pusieron en contacto con la Benemérita para denunciar que el tramo comprendido entre el kilómetro 91 y el 92 de la carretera de Banyalbufar había sufrido desprendimientos. Una patrulla se trasladó hasta ese punto kilométrico y comprobó que, en efecto, la situación era delicada y continuar con el tráfico abierta conllevaba ciertos riesgos. De hecho, había tramos estrechos en los que los conductores se podían encontrar de frente con piedras de gran tamaño o tierra.

Así las cosas, la Guardia Civil cortó ese tramo y desvío la circulación por la carretera PM-110 y por la PM-111, es decir, por el cruce de Sa Granja y por la vía Valldemossa-Palma. Además del incidente de Banyalbufar, en la carretera de s'Aranjassa, en el término de Llucmajor, el aguacero caído provocó que se formaran bolsas de agua junto al arcén y en Palma los bomberos estuvieron en estado de alerta porque las precipitaciones fueron considerables.

En Ciutat la Policía Local no tuvo demasiado trabajo a pesar de que el tráfico, sobre todo en las Avenidas, fue muy denso. «Si hubiese sido un día laborable, la situación habría sido muy distinta», comentó un portavoz del cuartel de San Fernando. Por último, los desprendimientos causaron daños en el camino del Torrent de Pareis, en Escorca.