Un hombre de 30 años ingresó en la cárcel de Palma hace algunos
días acusado de abusar sexualmente de una niña de once años en una
iglesia de Alcúdia, según confirmaron ayer en fuentes judiciales.
La detención la llevó a cabo el pasado día 13 la Policía Judicial
de la Guardia Civil de Pollença, pero desde la Comandancia de Palma
no se ha facilitado ninguna información al respecto porque la
víctima es una menor. Con todo, este periódico ha podido saber que
el sospechoso y la niña coincidieron en la iglesia en un momento en
que no había nadie más cerca de ellos. El hombre, que no cuenta con
antecedentes policiales, se acercó a ella y supuestamente comenzó a
manosearla en sus partes íntimas.
La menor intentó escapar, pero el individuo parece ser que la
amenazó y siguió abusando de ella. Ni la familia de la pequeña ni
la Guardia Civil tuvieron conocimiento de lo ocurrido ese mismo
día, ya que la menor decidió callar por temor a represalias. Sin
embargo, el carácter de la víctima cambió de la noche a la mañana y
sus progenitores sospecharon que algo podía haberle pasado. Al
final, la menor contó el dramático episodio de la iglesia y sus
familiares interpusieron una denuncia en el cuartel de la Guardia
Civil. Los investigadores se entrevistaron con la víctima y
trataron de averiguar detalles sobre la descripción física del
sospechoso.
Las diligencias se centraron en algunas personas que acudían al
templo con cierta frecuencia y poco después la Benemérita reunió
indicios suficientes para detener al ciudadano de 30 años. El
individuo fue acusado de un delito de agresión sexual a una menor y
quedó recluido en los calabozos mientras los funcionarios
policiales confeccionaban el correspondiente atestado policial.
Sobre su declaración no ha trascendido nada, debido al hermetismo
de la Guardia Civil en todo este asunto.
Lo que sí se sabe es que el extranjero fue puesto a disposición
judicial días después y fue interrogado por el titular del Juzgado
de Instrucción número 1 de Inca, que ese día estaba de guardia. La
autoridad judicial le interrogó sobre las imputaciones que pesaban
sobre él y sopesó las pruebas que había reunido el instituto
armado. El magistrado ordenó su ingreso en prisión al considerar
que existían indicios suficientes para creer que era él quien había
abusado de la niña aquel 13 de febrero. Al día siguiente, sin
embargo, salió en libertad, aunque sigue a disposición del
juzgado.
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